jueves, 14 de octubre de 2010

a d i c c t i o n

La doncella vaguea las calles nocturnas buscando algo que excite su vida,algo que reavive su flor. La ciudad no viste nada nuevo y ella reclama una reforma. Quiere una modista que retoque su vida rutinosa. Cuando parecía haberse rendido, alguien le ofreció lo que nunca había visto; Sus ojos se alertaron y chilló silenciosamente de felicidad.
Ai pequeña doncella… ¿como sabes si esa modista viene de buena fe o no?
No dudo en probar esa novedad excelente, y tras la prueba de su efecto quiso más.
Así hasta que se desvaneció en una cama y se vio sometida en un profundo sueño.
Un sueño extraño, nuevo.


Preguntó a sus preguntas y ellas preguntaron ¿Por qué preguntas?
No es el sueño de las preguntas, no preguntes.
No puedes lanzar acertijos que no te van a volver resueltos.


Probaste la felicidad del odio y te gustó, te convertiste en su esclavo aunque tu le idolatrabas,
era el dios de tu mundo de ficción hasta que se hizo real.
Ese dios traspasó la barrera y huyo al inframundo y tu le seguiste buscando su esencia.
Tu querías que te poseyera y te encantaba saber que eras suya.
Pero entre tantas nubes de delicias te atragantaste.
Ese mundo que empezó por querer una nueva vida se estaba transformando en un arma letal en el que tu eras el punto de mira.
Llegaste a los límites y cuando quisiste regresar la tela de araña se hizo contigo.
Estabas débil y no podías hacer nada por tus propios medios.
Excelente prohibición del endemoniado ángel…


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores