martes, 6 de julio de 2010

Camino crucificado.


Va cayendo la noche y con ello mis ilusiones; si de día bailo con leones de noche soy su presa. Intento cobijarme en mi barca de flores y navego con ella hasta el mar de los sueños, ese mar donde el presente es tu pasado y tu pasado tu futuro. Un lugar donde la realidad y la ficción son uno...

Hoy mi barca recorre las corrientes perdidas, quizás hoy no llegue seca a casa.

Me adentro en el torbellino prohibido que contiene mis caminos antiguos, mi cabeza da paso a los miles de recorridos que he cruzado en mi destino. Combato con los enrredones de mi pelo para que alisen a mi piel ocosa, me estoy ahogando en el mar y el tsunami de fuego viene hacia mi... ¿Agua y fuego? Soy capaz de aguantarlo. Creeré en mis posibilidades de acabar otro de mis caminos pero.... no, no puedo, este tsunami que se avecina está relleno de mi propio odio y no estoy preparada para enfrentarme a el. Clavo de nuevo a mi alma crucificada en medio de la nada... hoy no he conseguido salvarla.



He jugado a correr entre dos mundo y he perdido, aguardo a mis heridas en mi colchón de goma y las extiendo una por una. Mañana estarán completamente sanada y cerradas y volverán ha abrirse al darle paso a la brillante luna.




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