domingo, 31 de julio de 2011

Siempre hay un tope

Siempre hay un tope. Un tope cuando has tragado tanto de tu propia sangre que ya no te queda nada para circular por tus venas, ese "algo" que hace desbordar el vaso.
 Ese vaso que nunca quisiste que se llenara entero;para calmarte, te diré que puedes volver a vaciar ese recipiente, eso sí, solo has de vaciar la suciedad que se oculte en él.

Después de ello recoge lo bueno que quede y transportalo hacia el océano de la felicidad. Vacía tu vasito  allí y observa por un momento esas grandes olas que juegan, esa gran alegría que has coleccionado y te esta pidiendo a gritos que te metas hacia su adentro, recuerda esas cositas que te hacen feliz;no tengas miedo a ahogarte en tú océano, al fin y al cabo 
es tu océano y nunca te ahogaras por mucho que quieras.


Cuando lo tengas claro, cuando encuentres tu yo, Sal, renovada, deja que tu sonrisa haga que tus pasos anden firmes, sin miedo. Vuelve a sentirte única, sin dejar que nada ni nadie te acobarde ni te provoque miedo. Juega con tu boca y con una sola palabra Dí; VeteDeja que desaparezca lo que te esta disecando.Cuando vayas perdiendo la fuerza de nuevo y se acumulen esas pequeñas cosas que no son de tu agrado, realiza de nuevo el método que ya utilizaste, y así...continuamente, Hasta el fin de los días.





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