martes, 6 de julio de 2010

Lágrimas marchitas



Hielo deslizante sobre sus mejillas sofocadas ante un momento apático,frío...Agua endurezida que carece de sensibilidad.Lágrimas marchitas que se envejecen a cada segundo, que decaen como torrentes de agua etéreas.
Labios de carmesí nítidos como el fulgor del sol que se cubren
tras una escultura que no ha sido creada ni patentada por ella. Envuelve sus rasgos con hojas de otoño maquilladas con tonos turquesa y adornándolas con piedras preciosas que están valoradas por un precio más bajo al que se podría creer. Belleza y divinidad comprada por trozos de chapas de hojalata que a simple vista no se percibe tal superficialidad.Apariencia perfecta que no es, miseria absoluta tapizada por fortuna y riqueza.



Ella es la hechizera que creyó que podía hacer existir magia y fascinar a todos por la perfecta portada de delante. Si, fascinó a todos pero olvidó que los conjuros para el corazón no existían e ignoró que el interior no cambia su configuración a menos que uno mismo quiera.
Así que se quedó como un trozo de papel de regalo, bonito,especial y exclusivo por fuera, y simple y feo por dentro...

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