martes, 5 de junio de 2012

tormenta

Una tarde gris miras al cielo y le preguntas si fue una buena elección haber nacido, de pronto te encuentras a ti misma en miedo de esas tormentas de arena que te atrapan e impiden seguir viendo lo que hay por delante, respiras hondo, tragas saliva, y esperas por que no te queda otro remedio, piensas, le das vuelta y revuelta a tus pensamientos, reflexionas sobre los errores, sobre lo bueno.

Te dejas caer, las piernas chocan con la arena húmeda y fría...y dejas que la tormenta te aísle.
Vuelves a respirar, esta vez más suave que la anterior, te humedeces los labios y dejas de contar los minutos que llevas ahí dentro. 

De pronto llueve con intensidad y tu cara también, os hacéis uno, y dejas que ella se encargue de mojar tus llantos haciéndolos ceniza. La tormenta se para y tu te levantas... vuelves a la realidad, y te das cuenta que hay que luchar, luchar por eso que llaman felicidad.



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