viernes, 3 de febrero de 2012

La esperanza disminuye como un reloj de arena, como una flor sin agua... la alegría pasea siempre por tu lado pero no te saluda, no se digna a mirarte, más que nada... te esta ignorando.
Observas a la demás gente y ves que su alegría va con ellos de la mano, caminando felices juntos, no separados. Y te preguntas porque tu no...y ahí a lo lejos obtienes esa respuesta que odias oír. No hay alegría sin compromiso. Compromiso es compartir, y dime...¿Qué compartes tú? ¿Qué das tu para que la alegría confíe en ti y te de la mano? No hay recompensa sin trabajo.

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